domingo, 19 de noviembre de 2006




Distintas razas indígenas habitaron la Patagonia miles de años antes de que llegaran los españoles. Su cultura no era adelantada, por lo cual hoy sólo quedan leves vestigios de esas poblaciones (depósitos funerarios, cuevas, escrituras rupestres, lugares de labores de piedras o conchillas).Las mejores referencias de los antiguos pobladores se han obtenido en los yacimientos arqueológicos de El Juncal, lugar cercano a la ciudad de Viedma, en el este de la Provincia de Río Negro. Allí fueron hallados los "cráneos negros", así llamados por la impregnación de sales que recibieron en su largo entierro.
Antes de la Conquista del Desierto, la zona era un área de transición de dos razas indígenas muy diferentes entre sí. Una provenía de la zona pampeana y la otra de la zona andina del Pacífico: los Tehuelches y los Mapuches argentinos y chilenos.
Los tehuelches habitaron desde el río Colorado hasta los canales magallánicos, divididos en varios grupos. Hablaban la lengua del grupo Ken, eran de vida nómade, cazadores de guanacos y avestruces. Poseían un físico desarrollado, lo que les valió que los llamaran Patagones, ya que medían seis pies y diez pulgadas de promedio, de cabeza angosta y larga y cara alargada.Antonio Pigafetta, un integrante de la expedición de Magallanes, describe así su encuentro con un tehuelche:
"Un día, un hombre de figura gigantesca se presentó ante nosotros. Era tan grande que nuestra cabeza llegaba apenas a su cintura. Su cara era ancha y teñida de rojo. Su manto estaba hecho de pieles, muy bien cosidas, de un animal que abunda en este país. Este animal tiene cabeza y orejas de mula, cuerpo de camello, patas de ciervo y cola de caballo... Llevaba este hombre también una especie de zapatos, hechos con la misma piel..."
Su vida estaba condicionada por un medio muy hostil: terribles vientos, inviernos muy fríos y escasez de agua, lo que les impidió cultivar la tierra.
Por contraste, los Mapuches eran bajos y robustos, de cabeza ancha y corta y cara redonda, siendo superior su nivel cultural al ser de costumbres sedentarias. Eran cazadores y agricultores, con conocimientos de tejidos y alfarería.


Los Mapuches (nombre que significa gente de la tierra) habitaban originariamente en territorio chileno. En el siglo XVIII, empujados por los invasores españoles, aprendieron a montar a caballo y se trasladaron a otras tierras. Entraron así en la Patagonia argentina, lo que marcó el comienzo de la agonía de los Tehuelches. Ocuparon el norte de la Patagonia y el sur de la llanura pampeana, se mezclaron con los tehuelches y los pampas y, dado que eran más evolucionados culturalmente y mucho más belicosos, les impusieron sus costumbres y su lengua, y terminaron por avasallarlos. Esto, sumado al exterminio español y a la incorporación rasgos culturales del blanco, determinó el fin de los Tehuelches.Algunas de las actuales agrupaciones son descendientes de núcleos originarios, con líderes o caciques, otras se construyeron sobre la base de familias dispersas y cruzamientos.

La zona actualmente ocupada por aborígenes corresponde en su mayor parte a las zonas áridas, con bajas precipitaciones, pastos escasos y duros. Son tierras pobres en materias orgánicas, donde no existen cursos de agua relevantes, ni superficiales ni subterráneos. El clima es frío y riguroso, con temperaturas extremas durante la mayor parte del año, con siete meses de sequía y vientos secos e intensos. Las especiales condiciones geográficas y climáticas no permiten el desarrollo de especies vegetales aptas para la alimentación del ganado vacuno y por ende de la población; sólo es posible la cría de ovinos y caprinos.
Tales características indujeron al hombre blanco a ir postergando la ocupación de dichas tierras, limitándose a la posesión de campos para la explotación extensiva de la ganadería ovina. Esta situación facilitó la permanencia, hasta el presente, y el arraigo de los citados aborígenes, los que constituyen uno de los más importantes grupos indígenas del país.Se calcula que actualmente son 40000 los mapuches en la región, aunque los jóvenes emigran a las ciudades de la región en busca de bienestar económico.
Los Selk'nam u Onas
En
Tierra del Fuego habitaban los Selk'nam, más conocidos como Onas, también pertenecientes la raza de los Tehuelches o Pámpidas. Se destacaron como cazadores de guanacos, lo que constituía la base de su economía.
La pintura corporal era uno de sus rasgos culturales más importantes, como así también la iniciación de sus jóvenes varones mediante el llamado Rito del Hain.No tenían jefes o caciques, solamente una elite integrada por "chamanes", sabios y profetas que gozaban de privilegios y reconocimiento social, inspirados en el temor a sus poderes sobrenaturales. No poseían religión estructurada y temían la muerte por brujería.
En cuanto a la población estimada, antes de la llegada del europeo, se calculaba en unos 10.000 en toda la Isla (Siglo XVII). Pero hacia 1919, 50 años después del asentamiento del hombre blanco en Tierra del Fuego, había sólo 350 nativos.Actualmente esta raza ya no existe. Hace pocos años murió el último de los onas de ascendencia directa.
En las costas e islas de los canales fueguinos vivían los yámanas. Ellos se alimentaban de los productos del mar: moluscos, mejillones, cangrejos y peces. Se trasladaban en canoas hechas con cortezas de árboles. En la canoa iba toda la familia: el hombre con el arpón en la mano, esperaba a su presa; la mujer remaba y atracaba la canoa y los niños atendían el fuego que ardía permanentemente en la embarcación, sobre una base de tierra y piedras. Vivían en chozas hechas con ramas, que tenían una excavación en el centro, de modo que eran semi-subterráneas. Se vestían con mantos de pieles de focas o de nutria.
Condiciones de Vida
Entre la zona central y la precordillera de las Provincias de Neuquén, Río Negro y Chubut se concentra hoy la población indígena Mapuche. Poseen un nivel de vida inferior al promedio de otras zonas patagónicas, ya que las características ecológicas y los limitados recursos naturales de la región, la vuelven un área marginal.Esto se refleja directamente en la infraestructura social básica para el bienestar de la población. Hay pocas escuelas, albergues y hospitales, como así también escasas o nulas posibilidades de recreación. La asistencia general se realiza a través de los municipios, como la provisión de agua potable y energía eléctrica, los medios de transporte y las comunicaciones.
Hoy en día se está trabajando para revertir en algo la situación descripta anteriormente. Se han instalado escuelas, de modo que la casi totalidad (alrededor de un 75%), de los parajes con agrupamientos indígenas, cuentan con escuelas primarias que tienen servicios de comedor escolar. Por otra parte, existen albergues destinados al alojamiento de menores de zonas rurales alejadas, durante el período escolar.Mediante visitas domiciliaras que realizan los maestros, se está logrando la asistencia a la escuela o la incorporación a los albergues de la mayoría de los menores, lo que permitirá mejorar notablemente los índices de analfabetismo y abandono escolar de la zona.Se estima que el 38% de los adultos es analfabeto y casi un 70 % con escolaridad incompleta.
El nivel de vida, de por sí bajo en las zonas urbanas, disminuye considerablemente en los parajes y aún más en las reservas o comunidades indígenas.El acceso a estos lugares suele ser difícil en invierno, y en algunos casos quedan incomunicados varios meses, ya que carecen de servicios de transporte y tienen como su medio de movilidad más habitual al caballo.Existe una gran dispersión de la población. Las áreas rurales se localizan en forma estrellada y las comunicaciones se dan con los centros urbanos, nunca entre sí, puesto que en ellos se comercializan los productos y se adquieren los bienes necesarios para su subsistencia.En la actualidad, semanalmente o quincenalmente concurren a la zona los llamados "mercachifles" que los proveen especialmente de alimentos, ya que en algunas comunidades no existen comercios.No poseen equipamiento cultural, social o recreativo y carecen de fuentes de trabajo. La única actividad económica es la cría de lanares y caprinos, y el cultivo de una huerta para el consumo familiar cuando las aguadas naturales se lo permiten, lo que ocurre en muy escaso porcentaje.
La mayoría de las comunidades se encuentran muy dispersas, es por ello que resulta difícil visitarlas; sin embargo en la provincia de Neuquén se encuentra la comunidad de Quila Quina que puede ser visitada.

2 comentarios:

MS dijo...

Muy bueno!!
Puedes seguir colgando más información.

Cristian dijo...

Que blog gorso!!!!!!